Akal/Arte Contemporáneo, Madrid,2011
El arte de las primeras vanguardias se suele analizar bajo dos grandes "paradigmas": el de la obra única, cuyo carácter de singularidad deriva de la ruptura formal y del efecto shock, y el de la multiplicidad, dominado por la discontinuidad del espacio-soporte. Pero hay un "tercer paradigma" generalmente olvidado, el del archivo. A su estudio hemos dedicado este libro, en el que se analizan sus fuentes, sus precedentes, su desarrollo, su genealogía y sus principales ejemplos a lo largo del siglo XX y los inicios del XXI, estudiando el trabajo de los artistas visuales que registran, coleccionan, almacenan o crean imágenes que, "archivadas", han devenido inventarios, tesauros, atlas o álbumes. Artistas que se valen del archivo como un nexo entre la memoria y la escritura, como un territorio fértil para todo escrutinio teórico e histórico, o como un lugar para reconstruir visiones utópicas. De ahí que Arte y archivo, 1920-2010 sea una historia arqueológica y genealógica de las relaciones, a veces lineales a veces discontinuas, entre arte y archivo. El archivo deja de ser un espacio polvoriento o un repositorio de artefactos históricos para convertirse en un sistema discursivo y "relacional" activo que establece, tanto en lo estético como en lo social y político, nuevas relaciones de temporalidad entre pasado, presente y futuro, en lo que se entiende como tiempo del "futuro perfecto".